Hoy por fin salió cara. Quizá no fue tan sencillo como el resultado hace pensar. Los fantasmas de una prematura eliminación se pasearon por Sevilla cuando Morata falló el penalti. El guion del partido fue muy similar al de los dos partidos anteriores (más parecido al de Suecia que al de Polonia), y la lata se abrió cuando el portero de Eslovaquia se metió el gol tonto de la Eurocopa. Y a partir de ahí lo mismo que otras veces, solo que hoy la pelotita si quiso entrar. Como somos gente de sangre caliente y oscilamos constantemente entre un extremo y otro, ahora España será la principal favorita para ganar la Eurocopa (no se veía un 5 – 0 desde el año 2004, en un Suecia – Bulgaria). En octavos de final espera la Croacia de Modric, que también tuvo que sudar mucho el pase. El baile que se vivió en el partido que se jugaba a la misma hora incluso convirtió a España en líder provisional del grupo, aunque eso pasa ahora a ser una cuestión menor. Lo necesitaban todos: seleccionador, jugadores, afición y prensa. Más de uno estaba cosechando críticas nada positivas: por decisiones, por rendimiento, por actitud (el desdén que algunos jugadores mostraron con la afición congregada en Sevilla, aunque cabría preguntarse que comportamiento tendrían unos tipos que fueran metiendo goleadas a sus rivales todos los días).
En fin, habrá que ver si unos y otros son capaces de mantener la compostura y no perder la perspectiva: España tiene las mismas opciones de ser campeona que cualquiera de las otras 15 selecciones que avanzan a octavos de final, el lunes, en Copenhague, espera un combinado que fue subcampeón del mundo hace tres veranos, y es que el fútbol es un deporte de lo más cambiante. Tan cambiante como este país nuestro donde se monta una guerra civil enseguida, y ya es conocida la tensa relación que Luis Enrique tiene con la prensa, y donde unos y otros se están esperando constantemente para echarse cosas en cara. Los anti- Luis Enrique hubieran vomitado espuma por la boca de haberse consumado el desastre que venían anunciado; después de la goleada (histórica, además, España nunca había ganado 5 – 0 en una fase final) el seleccionador ha manifestado que las criticas se caían por su propio peso. Mucho más visceral se ha mostrado Javier Clemente, que ha arremetido vía Twitter contra Josep Pedrerol, pidiendo la dimisión del presentador de El Chiringuito por las críticas vertidas por el periodista hacia la Selección y hacia Luis Enrique. No nos vamos a aburrir, no.