No hubo manera. La Selección lo intentó de todas las maneras posibles, pero la pelota no quiso entrar. A diferencia de lo ocurrido en el amistoso contra Portugal, esta vez si se generaron ocasiones de gol. Fueron incontables, pero la Selección no tiene gol. Es así de simple. España tuvo la posesión y trató bien a la pelota, como viene siendo habitual. Por su parte, los suecos estuvieron metidos atrás, esperando su oportunidad, y alguna tuvieron, fruto de las siempre peligrosas perdidas de balón de la Selección. España fue infinitamente superior, pero le faltó lo más importante. Motivos para la ilusión hay, pero cuando haya delante un equipo con más calidad…El rival tenía cierta entidad, no hay que olvidar que los suecos habían dejado a Italia sin mundial, aunque se esperaba una victoria de la Selección; ahora habrá que sudar la clasificación para octavos de final.
Peor pintaban las cosas en 2010, cuando la Selección se estrenó en el Mundial con una derrota ante Suiza. En teoría los dos restantes partidos de la fase de grupos, también en Sevilla, deberían resultar más sencillos, aunque ya se sabe que en fútbol, dos y dos casi nunca suman cuatro. Hasta el sábado, día del partido ante Eslovaquia, tiempo hay para reflexionar, sacar conclusiones, hacer pruebas y recuperarse del gatillazo.